Taberna Dos Chata, Cangas, Pontevedra
Buscando otro local para poder cenar nos recomendaros en plena calle que acudiéramos a esta taberna, si lo que nos apetecía era un picoteo.
Cuando llegamos nos encontramos con que a pesar de ser relativamente temprano ( alrededor de las 9 y media de la noche ) estaba completamente llena. Prguntamos a una camarera y nos informó que iba a quedar una mesa libre y efectivamente en menos de cinco minutos pudimos sentarnos. Mientras tanto fuimos mirando las pizarras que anunciaban la carta.
Cuando nos sentamos y pedimos la carta nos extrañó que no tuvieran y que tanto para la comida como para el vino había que levantarse e ir viendo lo que te apetecía o bien echando un vistazo a las botellas de vinos que ofrecían y que además presentaban precios por si querían comprarse para casa.
Por culpa de todo esto nos costó un poco más decidirnos, pero al final pedimos: tortilla, que teníais que verla.... era una porción de una pedazo de tortilla de unos seis dedos de altura... antes de entrar ya habíamos visto las mesas de la terraza con raciones de ella y no nos pudimos negar. También nos pusieron una tabla mixta de embutido y queso y que incluía jamón, salchichón, chorizo picante y dulce y queso semi curado y curado. La ración más que generosa. Habíamos echado el ojo también a una ración de calamares que resultó ser calamar de verdad, no de esas anillas congeladas donde no encuestras el bicho entre tanto rebozado. Muy buenos... Los pimientos de padrón tampoco pudieron faltar, por lo menos en las nuestras, nos encantan. Seguimos con un revuelto espectacular de queso de tetilla y gambas... nos gustó la combinación súper cremosa que le daba el queso. Y al final y como nos quedaba mono de esa tortilla pedimos dos raciones de la tortilla especial, que venía siendo como la otra en dimensiones pero con queso semi curado, bacon y chorizo ibérico por el medio. Estaba muy buena, pero nos resultó demasiada cantidad al final.
Menos mal que los vinos nos ayudaron a bajar tal cantidad de comida. El primero que nos tomamos fue un Veigadares que hacía bastante tiempo que no lo tomábamos, y a continuación recordamos un Gran Novás.
Evidentemente, no tomamos ni postre ni nos apetecía café. Al final acabamos pagando entre cuatro personas 75,90€, con lo que la historia nos salió a 19 € a cada uno. Si os acercais por la zona de Cangas es un sitio de lo más recomendable si no os apetece la típica comida/cena a base de marisco
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