A Casa da Pintora, O Rosal
Lo prometido es deuda... Este restaurante del que os hablaba ayer es unos de los molinos de esta zona y la verdad es que merece la pena acercarse para verlos. Al bajar del coche nos encontramos con una zona verde bastante amplia y en el medio bajaba un riachuelo que verdaderamente invitaba a mojarse ( cuando llegamos los coches marcaban unos 33-35º, con un sol de justicia... ).
En seguida pasamos al interior que en un primer momento me recordó al interior de La Cueva del Túnel de Valdevimbre por su ambiente en penumbra, su calma y un poco su decoración. Nos subieron al comedor de la planta superior donde sabiamente Paula y Óscar habían reservado la mesa al lado de una ventana abierta. La carta era bastante completa con bastantes entrantes de los cuales escogimos empanada ( que ese día estaba preparada con acelgas, patatas y choricito, muy buena y novedosa, para preparar en casa... ) y unas croquetas variadas. Luego los platos: hubo quien encargó lechazo unos días antes, una de las especialidades de la casa junto con el pez espada que tomaron un par de personas a la plancha. Tres de nosotros nos decantamos por un arroz con vieiras ( buenísimo ) y otra persona tomó bacalao al horno. Todo estaba bueno y las cantidades eran correctas. A la hora de los postres probamos el arroz con leche, flan de café y cañitas rellenas. No tenían nada que fuera más fresquito, tipo helado o sorbete y podéis creerme que en esos momentos todos estábamos sudando la gota gorda. Cuando la mayoría estábamos ya degustando para nosotros un buen y helado café con hielo la camarera nos planta que sólo tiene café de pota, con lo cual pasamos directamente a los chupitos, por cuenta de la casa.
El servicio fue bueno y rápido, excepto por la camarera encargada de nuesta mesa. Yo creo que todos entendemos que no todo el mundo tiene por qué ser simpático y agradable, pero el tono de sus contestaciones nos daba un poco de miedo. Sin embargo el otro camarero que había era todo lo contrario, súper amable.
Al final con una botella de rioja crianza ( no recuerdo cual ) y dos de Quinta do Couselo salimos a 27 € por persona. Recomiendo ir a comer y conocer el sitio, merece la pena aunque eso sí id en otra época si no queréis morir de calor ( un par de ventiladores más no vendrían nada mal... )
En seguida pasamos al interior que en un primer momento me recordó al interior de La Cueva del Túnel de Valdevimbre por su ambiente en penumbra, su calma y un poco su decoración. Nos subieron al comedor de la planta superior donde sabiamente Paula y Óscar habían reservado la mesa al lado de una ventana abierta. La carta era bastante completa con bastantes entrantes de los cuales escogimos empanada ( que ese día estaba preparada con acelgas, patatas y choricito, muy buena y novedosa, para preparar en casa... ) y unas croquetas variadas. Luego los platos: hubo quien encargó lechazo unos días antes, una de las especialidades de la casa junto con el pez espada que tomaron un par de personas a la plancha. Tres de nosotros nos decantamos por un arroz con vieiras ( buenísimo ) y otra persona tomó bacalao al horno. Todo estaba bueno y las cantidades eran correctas. A la hora de los postres probamos el arroz con leche, flan de café y cañitas rellenas. No tenían nada que fuera más fresquito, tipo helado o sorbete y podéis creerme que en esos momentos todos estábamos sudando la gota gorda. Cuando la mayoría estábamos ya degustando para nosotros un buen y helado café con hielo la camarera nos planta que sólo tiene café de pota, con lo cual pasamos directamente a los chupitos, por cuenta de la casa.
El servicio fue bueno y rápido, excepto por la camarera encargada de nuesta mesa. Yo creo que todos entendemos que no todo el mundo tiene por qué ser simpático y agradable, pero el tono de sus contestaciones nos daba un poco de miedo. Sin embargo el otro camarero que había era todo lo contrario, súper amable.
Al final con una botella de rioja crianza ( no recuerdo cual ) y dos de Quinta do Couselo salimos a 27 € por persona. Recomiendo ir a comer y conocer el sitio, merece la pena aunque eso sí id en otra época si no queréis morir de calor ( un par de ventiladores más no vendrían nada mal... )
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