Continuando el fin de semana y sin dejar de lado el tema gastronómico, nos acercamos a un restaurante que hace poco que abrió sus puertas por primera vez. Se trata del Restaurante Misturas, situado en una calle céntrica de O Grove, Rua Pratería, donde se concentran un buen número de restaurantes.
Antes de hacer la reserva nos pasamos a tomar la caña propia de la sesión vermouth, con la cual nos adjuntaron una tapa de patatas panadera con unos trozos de filete y con un alioli muy rico, todo ello servido en un cuenquito.
Tras ojear la oferta de productos de la carta nos decidimos a probar el menú degustación, del cual no sabíamos la composición de antemano, pues depende más del mercado que de otra cosa. Pero dado que somos muy amigos de que nos sorprendan, la verdad es que nos embarcamos sin miedo alguno.
Lo primero que nos llamó poderosamente la atención fue que nos situaron en una mesa que
estaba pegada a un ventanal que daba directamente a la cocina. Como podréis observar en la foto, resulta curioso tener al cocinero que está preparando tu plato a menos de un metro de ti. Esto sin duda alguna te da una confianza fuera de lo normal, porque en todo momento ves los productos que te van a servir, así como su elaboración, por no decir la pulcritud de la cocina casi mas propia de un quirófano.
El m
enú degustación constaba cuatro platos (dos entrantes, un pescado y una carne), y un postre, aunque comenzamos la aventura gastronómica con unas Croquetas Caseras de Salmón como entrada fuera del menú. La verdad es que a mi particularmente me gusta mucho el sabor del salmón, y cómo no, me gustaron mucho las croquetas.
El primer plato del menú fue una Tosta de Foie con Cítricos y Gelatina de Albariño. Todos
coincidimos de forma unánime que la gelatina de albariño era increíble, con un sabor fuera de serie. La tosta como podéis observar en la foto estaba totalmente impregnada de la salsa de cítricos, y el foie cortado con una sección de mas o menos 1 cm con un punto y una textura perfecta, solo comparable con el que probamos recientemente en Kata 9. La verdad es que el plato estaba muy bien ensamblado y estaba buenísimo, que al final es lo que realmente importa.
Continuamos con un Bocata de Vieira con Crema de Cebolla y Crujiente de Kiko. Me imagino la cara que pondrá la gente
al leer el nombre de este plato, lo cierto es que si dejas volar la imaginación puedes acabar pensando en un trozo de pan relleno de vieiras. Pues no, se trata de una especie de deconstrucción de la receta tradicional donde la vieira va dentro de dos tiras de pan crujiente (que emulan el pan rallado de la receta original) sobre una cama de crema de cebolla (que sustituye a la cebolla pochada también propia de la receta tradicional), con unos kikos crujientes espolvoreados por encima. A mi me pareció un plato super original y muy bien construido, por no hablar del sabor y la textura de la vieira.
Pasamos al plato de pescado, Lomo de Lubina de la Lanzada con Berberechos y Cocochas de Bacalao en su Pil Pil. Re
almente me quedo con la imagen del chef ligando el pil pil y añadiéndoselo al plato final, un buen espectáculo. El pescado muy fresco, no en vano vi como lo cortaba delante de mis narices. Con un punto perfecto y un pil pil muy bien logrado, y unas cocochas realmente ricas, quizás los berberechos y la navaja flojearon un poquito en comparación con el resto.
Como plato definitivo nos tomamos una Chuleta de Ternera Lechal Gallega c
on puré de patata y fondo de salsa que estaba realmente buena. Nuevamente pudimos comprobar como cortaban la pieza de carne y la preparaban a nuestra vista, y tambien pudimos ver como le daban el punto exacto, punto que previamente nos habían consultado al tomar nota del menú. Puedo decir que aún estando muy bueno, quizás fue el plato más flojo del conjunto, aunque claro, mantener ese nivel en todos los platos es realmente complicado.
Todos estos platos los tomamos acompañados de una botella de Davila, viejo conocido y apreciado vino de la zona de O Rosal, y una botella de Sentido, un Ribera del Duero desconocido por nosotros, pero muy goloso y muy apropiado para la situación.
Por último nos pasamos al postre, una Torrija con Helado de Ron con Pasas y Espuma de Crema de Orujo. Muy bueno en su conjunto, aunque la text
ura de la torrija era muy poco consistente, casi tipo pudding muy blandito, e incluso podría resultar un poquito alcohólico para la gente que es de dulce. Aunque tengo que decir que la espuma de crema de orujo era increíble.
A la conclusión de la velada el chef se pasó por la mesa para preguntarnos que tal había resultado el menú degustación, y si había sido todo de nuestro agrado. La verdad es que es un punto a favor porque significa que realmente se preocupa por ver el grado de satisfacción de la gente.
Sólo añadir que hubo un cambio en el planning de la cena, concretamente en el orden de los platos, puesto que para servir el pescado en el punto justo nos preguntaron si nos lo podían servir antes que la vieira, a lo cual contestamos sin dudar que si.
Otro cambio fue que nos ofertaron un plato basado en ostras y que casi a última hora cambiaron por el de vieira. No se como sería ese plato, pero el de vieira realmente mereció la pena.
En conjunto creo que es un sitio que merece mucho la pena. El menú partía de un precio de 40 Euros por comensal, bebida a parte. En total salimos por unos 50 Euros con dos botellas de vino y unos chupitos de licor café y hierbas por cuenta de la casa. Además un detalle a tener en cuenta es que nos dejaron las botellitas de licor casero encima de la mesa para poder repetir.