martes, 27 de enero de 2015

Comer en Bouzas Restaurante LEMAN

Leman

Calle Johan Carballeira, 4
36208 Vigo
Pontevedra
Pizzeria y menu del dia interesante

Resultado de imagen de restaurante leman Bouzas

DE vinos por Bouzas


BAR BELLAMAR
Tomás Paredes, 1 - 36208 - Vigo - PONTEVEDRA

Para tomar una botella de condado y unas tapas en la de MAN "ROMAN"

viernes, 23 de enero de 2015

Comer en Bouzas BAR ROCIO

Fachada - Bar El Rocío - Bouzas (Vigo)
BAR ROCIO
Dirección: Rocío 54, Bouzas (Vigo)
Teléfono: 986 322 882
TABERNA PARA TOMAR UNA BOTELLA DE CONDADO Y EMPANADA
Restaurante para comer

jueves, 22 de enero de 2015

Bar Eligio

El Eligio se despide del público

La histórica taberna, visitada por el inspector Leo Caldas, ha cerrado sus puertas, pese a haber tenido ya sus propietarios ocho ofertas de alquiler

Ni tiene que ver con la nueva ley de alquileres antiguos, ni con los estragos que la crisis ha causado en otros locales de la ciudad. El cierre de la taberna de Eligio es por jubilación. Carlos Álvarez ha echado el candado para el respetable público y ahora solo saborea alguna que otra copita a mediodía con sus amigos más próximos. Y siempre a puerta cerrada, en familia.
«Mi mujer, que trabaja en Povisa, se jubila en mayo o junio y yo ya me jubilé. En casa toda la mañana no pintaba nada, porque ella sale a las tres; lo único que puedes hacer es cortar patatas, así que, me dije: 'Lo tendré para los amigos?», comenta Carlos.
Dicho y hecho. Para saciar la morriña, a media mañana departe con cinco o seis amigos y después, para casa a comer. Así es como la taberna de Eligio ha dicho adiós al mundanal ruido, como quien no quiere la cosa, de forma discreta, como suele hacer siempre las cosas su propietario. De hecho, en los últimos tiempos era habitual encontrar la puerta cerrada sin previo aviso. Lejos de extrañarse, la clientela ya estaba acostumbrada y repetía otro día. Pero esta vez eran demasiados y hacía sospechar que no era como las anteriores.
Novios para alquilar un local con tanta historia no le han faltado y de ello da fe Carlos: «Ya lo han querido alquilar ocho personas, pero no me hace falta». Tal vez no le haría ascos a la oferta si partiera de alguno de sus amigos. Entonces quizás podría salvarse el Eligio de engrosar la larga lista de locales con historia de la ciudad que en un perpetuo goteo están pasando a peor vida.
En su caso, no solo se pierde una taberna, sino la posibilidad de contemplar obras de destacados pintores gallegos, de comer las mejores xoubiñas rebozadas de Vigo y de departir con una gran familia. De eso sabe mucho el escritor Domingo Villar, quien en más de una ocasión se refería a este lugar como aquel en el que se sentía como en casa cada vez que regresaba de Madrid. Hace más de veinte años Villar ya acompañaba a su tío Cesáreo, ya fallecido, a tomar un vino. El que más echará en falta el Eligio es el personaje principal de La playa de los ahogados, el inspector Leo Caldas, quien acude constantemente a la taberna de Carlos. Tal vez a partir de ahora, Leo Caldas figure entre esa pandilla de privilegiados amigos que toman el vino del mediodía a puerta cerrada.
El establecimiento se remonta a 1905, cuando se dedicaba a guardar carruajes. Fue en 1920 cuando el ourensano Eligio González abrió la taberna en el mismo lugar que aún permanece, en la recóndita Travesía Aurora, una pequeña callejuela detrás de Príncipe, muy próxima a la Porta do Sol.
Ocupa el bajo de la antigua vivienda familiar, que ha logrado sobrevivir a la vorágine urbanística de otros tiempos y permanece en medio de grandes edificios como una isla.
Al fallecer el fundador, a mediados de los ochenta, se hizo cargo del negocio su yerno Carlos Álvarez, quien lo ha mantenido hasta ahora. El sucesor ha sabido conservar el espíritu de los años sesenta, cuando el Eligio era frecuentado por Celso Emilio Ferreiro, Cunqueiro, Blanco Amor, Laxeiro, Maside, Lodeiro y Lugrís, por citar solo algunos ejemplos. No solo eso, sino que también ha mantenido el vino de Leiro que tenía su suegro.
Lo que sí ha cambiado con el paso del tiempo es la clientela. Los profesionales de El Pueblo Gallego han dado paso a los del Colegio de Arquitectos, cuya sede se encuentra a escasos metros. «Aquí se juntó la élite de la cultura que había en ese momento, y también de la política. Se reunían grupos del Partido Comunista y de la derecha, pero llevándose bien, eran otros tiempos», apuntaba Carlos Álvarez en un reportaje publicado en La Voz.
Tranquilidad
Ahora tendrá más tiempo para viajar con su mujer a Tailandia, país del que es gran admirador como demuestra que lo haya visitado durante quince años. Y eso que nunca se ha sentido esclavo del negocio. Siempre se lo ha tomado con tranquilidad, de ahí que muchos de sus clientes acudieran a él para disfrutar de un rato de relax al salir del trabajo y de una buena conversación.

jueves, 8 de enero de 2015

El Choco se muere con 50 años

El bar que nació como restaurante cierra este sábado aunque su último responsable, hijo de los fundadores, no descarta seguir en la hostelería

No hay como morirse para que te echen de menos. El Choco, uno de los bares de copas de referencia en Vigo, agonizaba en soledad soportando diversos contratiempos que lo abocaban a bajar el telón. Y desde que sus responsables anunciaron que después de las fiestas navideñas echaría definitivamente el cierre, buena parte del público que en los últimos tiempos le había dado la espalda, entró en pánico y volvió a acudir de forma masiva al espacio ubicado en la calle Alfonso XIII. Los clientes volvían a buscar hueco en la barra, a llenar las mesas de las dos plantas y hasta de la terraza del fondo a pesar del frío.
Llegaban atacados por la nostalgia de lo que está a punto de desaparecer y atraídos por la programación especial que se diseñó para la despedida. El calendario de actuaciones arrancó el 12 de diciembre y a lo largo del mes se sucedieron conciertos, sesiones de Dj?s y hasta la proyección de un documental sobre el pionero del cine José Gil. En enero ha continuado la actividad, pero se acerca la fecha prevista para la despedida.
Mañana, jueves, a partir de medianoche Bea y Paulo ofrecerán su repertorio de temas de pop. soul y rock. Dos días más tarde, el sábado, 10, será la ultima vez que el Choco abra sus puertas al público.
Según explica José Lorenzo, hijo de los fundadores del establecimiento que nació como restaurante en 1964, «los problemas legales unidos al mal estado del edificio desde hace años hacen inviable la continuidad». El local, alquilado, es de renta antigua y la nueva ley de arrendamientos urbanos obliga a renegociar el contrato, pero el inmueble no está en buenas condiciones. «Yo me he pasado muchos años tapando agujeros y resolviendo siniestros», indica. A partir del día 10 tendrá un mes para recoger todo el material y luego se lo tomará con calma. «Después descansaré hasta la primavera. No tengo nada en vistas, pero de cara al futuro no descarto abrir otro bar, ya que llevo toda la vida entre la barra y la cocina». Pero lo que sí tiene claro es que no se llamará Choco. «Ni Choco 2, ni nada parecido porque en otro lugar ya no será lo mismo. Hay que pasar página», opina.
Además de coger el testigo de sus padres en la hostelería, José es biólogo y quizás por eso se sirve de un símil acorde con su formación universitaria: «Al contrario que el choco y otros cefalópodos, que tienen un ciclo de vida muy corto, el local ha permanecido activo desde su apertura, medio siglo de vida...». Recapitulando, Lorenzo recuerda que fueron sus progenitores, los redondelanos Armindo y Pilar, los que apostaron por abrir en Vigo un restaurante que en aquella época fue «moderno como pocos». En Redondela ya habían regentado otro y al nuevo decidieron bautizarlo en honor al cefalópodo emblema de su villa natal.
«Disponía de zonas diferenciadas que le daban mucho movimiento y que hacían necesaria la atención de numeroso personal. Además de un comedor privado y la entreplanta, daba juego la terraza con la que ya contaba entonces, sobre todo a la hora de las celebraciones, bodas, comuniones y bautizos. Fue un referente en la restauración de la ciudad, hay pocos vigueses de la época que no lo recuerden», asegura.
En 1999, tras la jubilación de Pilar y Armindo, el Choco vive una segunda vida. Lo remodelan respetando su estructura, conservan y reciclan muchos de sus elementos originales para que no pierda su identidad y emprende su nueva etapa bajo el impulso de la siguiente generación de la familia Lorenzo-Lago y amigos. «El Choco Bar ya era vintage», advierte sobre el local de emblemáticas escaleras, un clásico que se va.

Bar Tesoro de Rande

Rande, 18 - 36812 Redondela (PONTEVEDRA)
Menú del día: 1º - 2º - Bebida - Postre y Café Precio: 8,00 €
Principal » 986 402 503